Para la mayoría de la gente que reside en España responder a la pregunta ”¿qué sabes de Menorca?” puede llegar a ser absurda. ¿Menorca? ¿Quién no conoce Menorca? Todo el mundo sabe que es la segunda isla más pequeña y también la más oriental del todo su archipiélago, el Balear; y que, al igual que las Canarias, es un destino exquisito para pillarse unas buenas vacaciones de sol y playa.
Sin embargo, la rotunda realidad es que no conocemos realmente un sitio hasta que vamos a él y nos sumergimos en sus vistas, su aroma, las charlas con sus gentes y la música que lo inunda todo; sensaciones que, al fin y al cabo, no se pueden experimentar a través de una simple foto. Aunque es verdad, todo hay que decirlo, que los libros ayudan algo. ¿Cómo si no vamos a saber que el nombre de "Menorca" viene del latín insula minor, que significa literalmente 'isla menor' y que se contrapone a la insula maior? La cual, por cierto, no es otra que Mallorca.
Por lo tanto, disfrutar de un destino como turistas o como estudiosos de otras culturas es una cualidad, o más bien una recompensa que recibimos si fusionamos el afán de investigar previamente sobre él, y posteriormente por el mero hecho de activar nuestros cinco sentidos cuando por fin ponemos nuestros pies sobre el mismo.
Luego, viene el momento de disfrutar del alojamiento en Menorca que hayamos reservado, ya sea un hotel, un hostal o lo que yo personalmente considero lo mejor, las villas. Alquilar una villa o una casa en Menorca nos garantiza unas vacaciones a medio camino entre el lujo que buscamos en un descanso de sol y el estilo hogareño que queremos experimentar si vamos, por ejemplo, con nuestra familia. A la relajación del agua templada de la piscina y de las amuebladas terrazas se une la visión relajante del mar y el sonido de las olas; y a nuestra disposición, muy cerca de donde estemos, tenemos la opción de acceder a numerosos deportes acuáticos. ¿Qué les parece?
Seguramente me respondan que cualquier alojamiento en Menorca podría proporcionarles todo eso, pero no estoy de acuerdo; porque una villa en esta isla nos ofrece algo que el resto de alojamientos no posee, intimidad. Ya la busquemos en Villa Alondra, en Casa Madoría, en Casa Sabarraca o en Casa Santa Magdalena, vivir en estas urbanizaciones unos días es una experiencia inolvidable.
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