”El once de septiembre se renovó la fuerza de la corriente de lava. De Santa Catalina cayó sobre Maso, quemó y cubrió totalmente la aldea precipitándose luego como una catarata de fuego en el mar.” Estas fueron las palabras que el cura de Yaiza, Don Andrés Lorenzo Curbelo, utilizó para describir en su diario la que fue la primera de toda una serie de erupciones que entre los años 1730 y 1736 devastaron y sepultaron bajo un mar de lava una cuarta parte de la isla de Lanzarote, en el archipiélago de las Canarias.
Si no habéis estado nunca en Lanzarote, y más en concreto en el Parque Nacional de Timanfaya, su paisaje volcánico es digno de las pesadillas de los libros de Lovecraft, constituyendo un entorno que parece sacado de otro planeta. Una vez en el parque podemos ver como de vez en cuando surge de ese mar pétreo un cono volcánico con una geometría perfecta. Asimismo, la lava escavó multitud de túneles que recorren todo el subsuelo del parque internándose kilómetros y kilómetros en el mar. Un espectáculo inigualable y único en el mundo.
Historia del Parque Nacional de Timanfaya
La historia de la isla de Lanzarote comienza con su colonización por los llamados majos, que llegaron a la isla durante el último milenio anterior al nacimiento de Cristo. Pero la verdadera historia del parque comienza con la erupción volcánica que tuvo lugar en la noche del 1 de septiembre de 1730 en la Aldea de Chimanfaya.
A esta erupción volcánica siguieron otras entre los años 1730 y 1736. Durante estas erupciones, perfectamente documentadas en numerosos escritos de la época, se estima que aproximadamente mil millones de metros cúbicos de lava transformaron radicalmente la fisonomía de la isla dando origen a uno de los parajes más extraordinarios y fantásticos de la Tierra.
Durante el siglo XIX se produjeron nuevas erupciones de las que también existen numerosos testimonios. Durante las mismas surgieron tres nuevos volcanes: Tinguatón, Volcán Nuevo del Fuego (único que se encuentra dentro de los límites actuales del parque) y Tao, siendo este último el primero que entró en erupción en el siglo XIX el último día de julio de 1824.
Desde ese periodo la actividad de los volcanes de Lanzarote ha permanecido en calma, pero su huella es patente en multitud de lugares y la energía geotérmica se reivindica existencia y emerge en forma de calor en numerosos puntos de la isla.
Visitas imprescindible en el Parque Nacional de Timanfaya
Una vez en Lanzarote, es imprescindible visitar las cuevas de Los Verdes y los Jameos del Agua. Este último lugar se convierte por las noches en una discoteca donde es posible bailar junto a la orilla de una laguna subterránea habitada por los renombrados cangrejos ciegos.
La naturaleza en el Parque Nacional de Timanfaya
Aunque el Parque Nacional de Timanfaya es un parque fundamentalmente geológico, también posee unos ricos ecosistemas marinos y terrestres con una flora y una fauna peculiar, con gran número de endemismos y que ha tenido que adaptarse a la falta de agua y a un clima subdesértico.
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Para terminar solo indicaros que La región de Timanfaya fue declarada Parque Nacional en el Real Decreto de 9 de agosto de 1974 y en 1987 fue incluida en la Ley de Espacios Naturales Protegidos, ley que fue complementada en 1994 por la Ley de Espacios Naturales de Canarias, llegando a ser el Parque Nacional de Timanfaya uno de los espacios naturales más protegidos de España.
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