Las tres provincias aragonesas cuentan con notables muestras del arte mudéjar, si queremos irnos de vacaciones o realizar una escapada para entrar en contacto con esta manifestación artística, es necesario contar con cierta movilidad. La ventaja es que dicha movilidad nos permitirá, simultáneamente, disfrutar de pueblos y paisajes de una notable variedad.
En un principio, el término mudéjar hacía referencia exclusivamente a los pobladores árabes que permanecieron en España y en los lugares en que habían nacido después de que éstos fueran reconquistados –pobladores que, a cambio del pago de un impuesto, tuvieron permitido tener un estatus jurídico propio y seguir practicando su religión-. En regiones de la Península donde la presencia musulmana era fuerte, como por ejemplo Aragón, los cristianos utilizaron con cierta frecuencia los servicios de arquitectos árabes, debido a su gran maestría, para construir tanto iglesias como edificios civiles.
Como resultado de la unión de las técnicas de construcción cristianas con la belleza de los elementos decorativos musulmanes, surgió lo que hoy se conoce como arte mudéjar . El arte mudéjar está extendido por prácticamente toda España; no obstante, en cada zona (Aragón, Andalucía, Toledo o León), desarrolló sus propias características. En Aragón hay catalogados más de ciento cincuenta monumentos mudéjar de gran calidad, por lo que si nos movemos por la región, es casi imposible que no nos topemos con alguno.
Si queréis conoce el arte mudéjar aragonés, nuestra recomendación es que empecéis por buscar hoteles en Zaragoza baratos, ya que Zaragoza es el emplazamiento ideal para sumergirse en los entresijos de este bello arte.
Monumentos destacables del arte mudéjar aragonés
En Zaragoza no se puede dejar de ver el palacio de la Alfajería (ver foto), que aunque fue reconstruido en profundidad por los Reyes Católicos, constituye el auténtico origen de la expansión del arte mudéjar por todo Aragón. También son dignas de mención las iglesias de la Magdalena, San Miguel de los Navarros y San Pablo.
En Teruel destacan por encima de todo, además de la catedral –donde es imprescindible contemplar su impresionante tejado-, las torres de las iglesias de San Salvador, San Martín (ver primera foto) y San Pedro. Pero en Teruel no sólo hay que centrarse en los monumentos, ya que uno no puede dejar de saborear el famoso jamón de Teruel –que cuenta con la primera denominación de origen concedida al jamón serrano en España- y los buenos vinos de la zona (Somontano, Cariñena, Calatayud y Campo de Borja, son las cuatro denominaciones de origen de los vinos procedentes de la región aragonesa).
Otras poblaciones que cuentan con destacados ejemplos del arte mudéjar muy bien conservados son Borja, Calatayud, Daroca, Montalbán y Tauste, ejemplos que en muchos casos se hacen visibles en plazas e incluso barrios enteros.
Otros parajes y pueblos aragoneses con encanto
Otros sitios destacados que ofrece Aragón son lugares como el Monasterio de Piedra, Belchite o Cariñena –célebre éste último por sus vinos-. O el hidalgo pueblo de Daroca, con sus iglesias y murallas, pero en especial por la casa natal de los Luna
Y si queremos contemplar un auténtico espectáculo de la naturaleza, no debemos dejar de visitar la laguna de Gallocanta, un lugar al que si acudimos durante algún atardecer de los primeros días de la primavera, es muy posible que podamos contemplar la llegada de miles y miles de grullas, grullas cuyas siluetas se verán enmarcadas contra el cielo del atardecer. Realmente es un espectáculo único digno de verse.
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