La Basílica de la Sagrada Familia es el símbolo por excelencia de la ciudad de Barcelona y, sin duda, uno de los más representativos exponentes de la arquitectura modernista española. Se trata de una iglesia monumental cuya construcción fue iniciada en 1882 por el arquitecto Francisco de Paula, pero tan sólo un año más tarde fue Antonio Gaudí el que asumió la responsabilidad de las obras, una labor que no dejó hasta su fallecimiento en 1926. La Sagrada Familia, a pesar de que a la fecha de su muerte sólo estaban construidos parte del muro exterior del ábside y una de las torres de la fachada del Nacimiento, constituye, sin duda, la obra cumbre de Gaudí.
La construcción del templo continúa, y todos los arquitectos que han pasado por la misma han intentado seguir dejando la impronta gaudiana, y continúa porque se trata de un templo expiatorio, es decir, construido únicamente a partir de los donativos. Se estima que podría estar totalmente construido al terminar el primer tercio del siglo XXI, cuando se complete la construcción de la fachada principal, la de la Gloria.
Desde luego, si realizáis un viaje turístico a Barcelona durante vuestras vacaciones, visitar la Sagrada Familia es una de las actividades imprescindibles y que debéis incluir en vuestra agenda. En este artículo os daremos algunos consejos y toda una serie de recomendaciones para que podáis realizar la visita sin problemas.